El encuentro comenzó con intensidad desde los primeros segundos. La visita abrió el marcador desde la línea de libres, anotando el primero y sumando dos más en la jugada siguiente para poner el 3–0 inicial. Belvedere no tardó en responder: con una buena circulación de balón Juventud encontró espacios en la pintura y anotó sus primeros dos, marcando que no iban a dejar que el rival tomara ventaja con facilidad.

El desarrollo del cuarto se mantuvo muy parejo, punto a punto, con ambos equipos alternando el dominio en pequeñas ráfagas. Las defensas comenzaron a cerrarse, obligando a cada posesión a ser trabajada y forzada hasta el límite del reloj de tiro. San Vicente encontró aire cuando Garmendia sorprendió desde el perímetro con un triple que desató la ovación del público y colocó el marcador 12–9 a su favor. Sin embargo, casi al unísono, Belvedere volvió a meterse en partido, igualando el marcador nuevamente y dejando en claro que ninguno estaba dispuesto a ceder terreno. Las marcas volvieron intensas y las defensas bien plantadas. Ninguno lograba despegarse en el tanteador. Sin embargo, visita fue un poco más y la visita cerró 21 a 15 a favor de la visita.

En el primer tiempo, los dirigidos por Belvedere comenzaron a mostrar una clara evolución en su juego. Con ajustes defensivos precisos y una mayor comunicación entre sus jugadores, lograron cerrar mejor los espacios y limitar las vías de ataque de la visita.Sin embargo, San Vicente no se dejó intimidar. Se mantuvo firme, con ofensivas trabajadas y cada posesión jugada con intensidad. Ante el envión anímico y deportivo de Juventud, el entrenador Visso solicitó tiempo muerto. Buscó reorganizar a su equipo, frenar el ritmo del rival y ajustar detalles tácticos para evitar que el partido se le escapara de las manos. Con autoridad, Juventud se adueñó del segundo período y lo cerró 34 a 30 a su favor.

Luego del descanso largo, Juventud mantuvo el impulso y los controlaron el ritmo del inicio del cuarto, manejando con inteligencia cada posesión y mostrando carácter en defensa. Los chicos de Belvedere ganaron confianza. Sus  transiciones se volvieron más fluidas y el equipo empezó a encontrar lanzamientos cómodos y efectivos, moviendo el balón con paciencia y criterio

Mariano Breide se mostró determinante desde el perímetro: cada vez que tuvo oportunidad. Desde la tribuna, la hinchada del Verde jugó su propio partido. Acompañó, alentó y empujó al equipo en cada recuperación y cada ataque, generando un clima eléctrico que se trasladó directamente a la cancha. Ese apoyo fue combustible para los locales se volvió e llevar el cuarto 54 a 48.

El último cuarto comenzó con un cambio drástico en el ritmo del partido. Juventud, que venía de dos períodos sólidos y con un envión anímico importante, perdió claridad en su juego. La visita aprovechó cada duda. Algunos pases erráticos y decisiones apresuradas en ataque comenzaron a costar caro: pérdidas de balón en momentos clave y tiros forzados que no encontraron destino. A pesar de que Juventud logró acercarse en el marcador en algunos momentos, nunca consiguió recuperar la fluidez ni la intensidad defensiva que había mostrado en los cuartos anteriores. San Vicente capitalizó los errores locales y sentenció el encuentro por 73 a 66.

Juventud (66): Belvedere 7; Farca 5; Fulgenci 5; Nazer 3; M. Breide 12 (FI); Eseyza 2; Ramos 6; Chirdo 6; Gómez 5; Manzi 2; V. Breide 4; Tassara 9.

DT: Diego Belvedere

San Vicente (73): Garmendia 9; Astiz 12; Quintero 15; Malcorra 10; Pérez 12 (FI); López 2; Fidany 6; Pre 7; Giuliani; Tognetti; Valdez.

DT: Maximiliano Visso

Parciales: 15-21; 19-9 (34-30);20-18 (54-48); 12-25 (66-73)

Árbitros: Martín Pietromónaco y Bruno Palacios

Estadio: Juan Bautista Castiglioni, Juventud.